domingo, 5 de abril de 2009

Taller II: El hombre y sus convenciones geográficas

Los humanos, por una capacidad innata, somos capaces de almacenar en nuestra memoria la información que adquirimos a través de los sentidos, es así como al encontrarnos presentes físicamente en un lugar y cambiar a otro, podemos recordar con lujo de detalles todo lo percibido en el primer espacio visitado. Lo anterior nos indica que realizamos una observación de los lugares en los cuales estamos, la cual construimos a base de lo empírico, es decir, de la experiencia vivida. Luego de ello podemos sintetizar la información almacenada, cuando sintetizamos estamos abstrayendo los objetos sensibles, es así como somos capaces de diagnosticar lo que con ellos sucede: si lo que observamos es un lugar, podremos discernir los datos que los sentidos nos entregan, distinguir los problemas de diversas naturalezas y evaluarlos para luego darles solución, esto último es la acción de “modelar” realizada por el humano, el cual es capaz de planificar para remediar las situaciones, si es que no realizáramos un diagnóstico no podríamos avanzar en lo que son los demás pasos del conocimiento. Es necesario mencionar, que producto de la capacidad que tenemos de recordar lo observado, los humanos luego de acuerdos sociales tomados dentro de un universo determinado de personas, construimos convenciones de lo vivido en una suerte de mapa cognitivo (construcción mental), ya que según nuestras prácticas sociales cotidianas y nuestro lenguaje, producimos una estructura imaginaria. Es así como el nombre de un lugar tiene ubicación espacial en nuestra mente, y es así mismo como un topónimo puede traer a nuestra memoria muchos topónimos más, debido a relaciones de “copresencia” y a la carga simbólica que trae consigo.
El hombre va construyendo imaginariamente su propia realidad, la cual está cimentada en experiencia, en definitiva los lugares están hechos de experiencia, y por ello los nombres que a ellos se les denominan tienen una significación especial o “carga simbólica”, esto es parte del comportamiento humano, lo estudiado por la etología, el carácter del hombre que lo lleva a confrontar su entorno de determinadas formas, a construir normas o prácticas (convenciones), a configurar sistemas, a planificar territorios y a moldear sus espacios de vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario