domingo, 5 de abril de 2009

¿Seguridad ciudadana?

“Ojos infinitos: Renovando la ciudad carcelaria” del californiano Soja, texto en el cual notamos una ciudad hecha a base del supuesto “cuidado” a la ciudadanía, es el caso de Los Ángeles, asentamiento que se ha ido convirtiendo poco a poco en una verdadera cárcel.
Bajo la consideración de proteger a los habitantes de la ciudad californiana, el gobierno a cargo ha creado diversos planes urbanísticos para satisfacer aquella necesidad, tales como la supresión de espacios públicos considerados como “peligrosos”, o también lugares catalogados como de fácil acceso a personajes sociales poco confiables, como antisociales, vagabundos; un ejemplo de ello es la ausencia de aseos públicos, o también cubos de basura protegidos con alambradas de seguridad y aspersores que se encienden periódicamente durante la noche para evitar el fácil acceso de los mendigos que solo desean alimentarse o alojarse durante la noche. Basta tener esta información para preguntarse qué es lo que está sucediendo en ésta ciudad. Y si a lo anterior le agregamos antecedentes tales como la presencia de armas en los vehículos o domicilios de grandes cantidades de personas, o también el protagonismo que ha adquirido la policía como ente potente de seguridad social (aunque su medio de conseguir seguridad sea la violencia), podríamos concluir que en aquella urbe vive una sociedad enferma. No obstante, podemos también visualizar que a parte de Los Ángeles, en muchas otras localidades se está dando el efecto de “ciudad carcelaria”, un ejemplo no se encuentra muy lejos de nuestra realidad como país: en algunas ciudades de Chile solo con un paseo es fácil apreciar como las casas de nuestros propios vecinos intentan protegerse de las demás personas “ajenas” a su núcleo. Es así como se instalan inmensos portones que comienzan en el suelo y parecen nunca acabar, en ciertas ocasiones finalizan en las alturas, pero con cables de corriente eléctrica. También se nos está suprimiendo la presencia de espacios públicos, una anécdota clara es el proyecto que hoy se está realizando para cerrar el acceso público al Parque Forestal en la capital de nuestro país. También, los empresarios dueños de los servicios de seguridad, hoy se hacen millonarios debido al miedo que se ha arraigado a nuestra sociedad.
Es importante destacar en este instante el protagonismo que han jugado los medios de comunicación, los cuales en búsqueda de su éxito han vendido alarmantes titulares del peligro por el cual pasamos: “Mujeres araña –niñas menores de edad que trepan los edificios para asaltar los departamentos-, Homicidios -en Las Condes, en La Reina, o en Reñaca, o en muchas partes, y a la vez- , Asaltos a joyerías, tiendas de ropa, bancos, etc.”
Viendo, escuchando y leyendo todo lo anterior, ¿Cómo no tener miedo?, en fin, las sociedades hoy se desarrollan con miedo, miedo a la calle, miedo a las plazas, miedo a las reuniones públicas, “miedo a la muchedumbre”, y no sabemos de qué manera revertir ésta situación, lo que yo si sé, es que hoy en día se está utilizando la manera más fácil de solucionar el problema, que es volver a las ciudades, en ciudades carcelarias.

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