domingo, 28 de junio de 2009

“Geógrafo anticipador, trabajando para el futuro”.

En geografía, el estudio es la investigación de lo que hacemos, dicha investigación genera nuevos conocimientos, y es eso lo que nos permite generar una propuesta. No concluimos definitivamente, el trabajo de un geógrafo está supuesto a cambios, y no puede más que terminar con propuestas o sugerencias para continuarlo posteriormente. Lo anterior, se debe principalmente a que recogemos antecedentes estables y antecedentes inestables, éstos últimos son las variables, en definitiva lo más importante, ya que sus cambios son esenciales en nuestro campo de estudio, puesto que modifican lo estable. Lo estable se omite por obvio, no obstante, es la realidad que se abstrae al igual que en una cámara de fotografía: El lente toma en cuenta todo lo que se ve de los sucesos del paisaje, la Geografía por su parte observa todo y lo integra. El proyecto de un geógrafo si bien debe apuntar a un objetivo específico, para lograr su éxito, tiene que relacionar el resto de las variantes, ya que constituyen directamente el problema o hecho propiamente tal. Ya que nuestro estudio no se haya exento de modificaciones, cada variante cambiará nuestro campo, nuestros objetivos y nuestros estudios, por ende, debemos anticiparnos a esas emergencias e incertidumbres y funcionar frente a ellas para realizar avances efectivos. La Geografía se constituye como una ciencia de la anticipación, por ende, debemos estar constantemente realizando diagnósticos, y para ello se requiere haber hecho acciones certeras en lo que en un comienzo mencionábamos: la investigación como recolección de antecedentes. Un buen proyecto es aquel que al contener buenos antecedentes entrega un buen pronóstico, el cuál servirá para desarrollar el territorio, pues la Geografía es por naturaleza humanista: pretende desarrollar el territorio, no consumirlo –ataja los proyectos desarrollistas-.

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