domingo, 29 de marzo de 2009

Exordio a “dëngufe de la tierra”.

Todos sabemos que nuestros pies están sobre la tierra, o creemos saberlo. Todos sentimos que nuestro cuerpo se desplaza por el mundo, o creemos sentirlo. Todos estamos consientes que nuestras vidas funcionan en armonía con la naturaleza, o creemos estarlo.
Nuestros actos nos sorprenden, y muchas veces negativamente. La vida, la sociedad, la educación, el sistema, en definitiva, el mundo en el cual vivimos no nos ha advertido del todo lo cuidadosos que debemos ser con el medio en el cual estamos inmersos, en muchas ocasiones nos descubrimos realizando acciones que violentan la naturaleza que nos cobija, basta echar un pequeño vistazo a la historia de la especie humana y vendrán a nuestra mente imágenes devastadoras del hombre realizando grandes masacres a animales hoy extintos, o guerras mundiales y matanzas indiscriminadas, contaminaciones múltiples del aire, ríos, lagos y suelos, entre muchos otros hechos engorrosos.
Este espacio de exposición nos permitirá informarnos de algunos sucesos del hombre (como los anteriormente descritos) y la relación que tenemos con nuestro entorno, será también un lugar de conversación, donde todos aquellos que lo visitemos y construyamos podremos descubrir en él, a través del diálogo, lo involucrados que estamos en nuestro mundo, y que vivimos en, por y para la tierra. Es así como nos convertiremos, a lo largo del proceso de aprendizaje geográfico, en unos comunicadores de la tierra, habladores de nuestro historial de vida, es lo que podríamos denominar en la lengua de los pueblos originarios como un dëngufe, que es aquel personaje capaz de hablar, de dar a conocer una idea, un pensamiento, un sentimiento, una atención, una alegría, una descripción como la de un frondoso árbol en medio de la nada, las delicadas formas de una escultura, la nostalgia de una canción o una simple vivencia.La invitación ya está hecha.

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